Una de las mejores espadachinas del
Imperio Agni. Quiso buscar al
Héroe del Fuego tras recibir sus alas y lo encontró luchando contra una
peligrosa joven. Viendo que no lo daba todo en la lucha, Lava intentó interferir por pura rabia hasta que apareció un discípulo dispuesto a destruirlo todo, un hecho que la llevó a liberar todo su poder para enfrentarse a este nuevo enemigo. Terminada la batalla, se dice que el alma de Lava dejó de arder en los brazos del hombre que reconoció su verdadera destreza como espadachina.